20071101

REVISTA TESALONICA XX.-


Aristóteles, en el Primer libro de los Meteoros, enseña que es bueno y loable buscar por medio de investigaciones profundas la causa primera que dirige el admirable concierto de las causas segundas, y los sabios, viendo efectos en todas las cosas, llegan a escrutar las causas ocultas de ellas. Vemos pues cómo los cuerpos celestes ejercen una marcada acción sobre los elementos y por la sola virtud de la materia de un solo elemento, ya que de la materia del agua, por ejemplo, pueden extraer las modalidades aeriforme e igniforme.
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