
Nuestra iglesia, en su significado religioso como en su connotación secular, ha preservado fielmente, no sólo la Ortodoxia, la catolicidad y la conciencia de la fe cristiana original, sino que también, el ethos, lo fundamental de la enseñanza de Cristo, esto es: la ética del amor.La Ortodoxia se presenta como solución optimista frente a las ideologías y credos conflictivos en el siglo XX.
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