20081223

El precio de una olvidada virtud.-


Queridos Amigos y hermanos en Cristo, me gustaría compartir con ustedes unas palabras sobre la Castidad y San Agustín, en tanto aguardo sus aportes, críticas o asentimientos. A todo ser humano le atrae la idea de ser él mismo, de controlar la situación, de llevar las riendas. Quizá ésta sensación sea mayor si lo que gobierna es lo más preciado, lo más suyo.
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