20080731

Si me olvido de ti, oh Jerusalén.-


En uno de los más bellos cánticos de la Biblia, el poeta proclama: "Si me olvido de ti, oh Jerusalén, / Que se paralice mi mano derecha. / Si no me acuerdo de ti, / Que mi lengua se me pegue al paladar / Si no pongo a Jerusalén por encima de todas mis alegrías" (Salmos 137:5).
.